SERGIO CARENA CUMPLIÓ 50 AÑOS DE VIDA COMERCIAL, LO FESTEJÓ JUNTO A CLIENTES Y AMIGOS. EL HCM RECONOCIÓ LA LABOR QUE, JUNTO A SU ESPOSA, LLEVAN ADELANTE DESDE HACE 50 AÑOS.

Hace un par de semanas, La Bicicletería Rodados Carena fue reconocida, junto con otros dos locales comerciales de la ciudad, por sus años de trayectoria. En este contexto es que hablamos con Sergio, su propietario, quien bridó detalles de los inicios del negocio, las experiencias y sus deseos  a futuro.

Sergio comenta que él siempre quiso tener un comercio, no heredó el negocio de su padre ni está en sus planes heredarlo a sus hijos.

En sus inicios sólo tenía repuestos para bicicletas, electricidad y repuestos para motos “Estaba aburrido al principio porque entraba poca gente, y como me gustaba arreglar bicicletas, decidí aprender” En ese momento, decidió capacitarse por lo que viajaba todas las semanas en tren, hasta San Francisco, yendo los martes para volver los jueves. Fueron sus mismos proveedores quienes le enseñaron el oficio.

Confiesa que cuando arrancó no sabía dónde iba a parar, por lo que festejar 50 años de vida comercial fue todo un logro y una sorpresa “Hemos pasado tantas cosas: sin sabores y cosas lindas. Pasamos de todo”

Con la realidad el país, es muy difícil proyectar a futuro. Años atrás se diagramaba el año de trabajo mientras que en la actualidad hay que ir semana a semana por los cambios en la economía.

A lo largo de 50 años, son muchas las historias que se podrían contar, de entre todas, Sergio nos comenta que después de haber abierto el negocio, tuvo que hacer el servicio militar “Hice la instrucción y después de 60 días me largaron. Volví a Ceres a seguir con el negocio y me llamaron para trabajar en el Banco Ceres” En ese momento, su novia (actual esposa) se puso al frente del local  por la mañana mientras que él por la tarde realizabas los arreglos “Venía del Banco 2 de la tarde  directamente al taller”

Durante un tiempo, su padre también lo acompañó en el trabajo, ya que su  estado se salud no le permitía continuar con su oficio de albañil  “Mi papá  me preparaba el trabajo y yo a la tarde lo hacía. Tenía que dejar todo listo porque iban a venir a buscarlos y yo no iba a estar”

Sobre su infancia, recuerda que no tuvo la posibilidad de estudiar de forma regular. Al igual que muchos jóvenes de la época, tuvo que colaborar con la economía doméstica por lo que a los 13  años comenzó a trabajar y estudiaba por la noche y recibirse  lo que le permitió  trabajar en el Banco   durante 13  años, de los cuales 10 fue tesorero “Muchas veces nos dormíamos porque  trabajábamos todo el día y a las 6 o 7 de la tarde íbamos a la escuela hasta las 10 de la noche”

Por cosas del destino, quisieron trasladarlo a otra sucursal y él no quiso porque ya tenía su familia armada y un negocio prospero, por este motivo presentó su renuncia al Banco, renunciando también a un muy buen ingreso económico. “Cuando decido dejar el Banco, lo comunico al Gerente General… Eso fue el viernes 10 de enero de 1986,  me pidieron que al menos trabaje hasta fin de mes, a lo que dije que sí. El sábado se descompone mi papá, el  domingo lo llevé a Santa Fe y el lunes lo traje muerto. Fue el destino, si no salía del Banco por una cosa iba a ser por la otra. Era el destino”

Respecto de la bicicletería, Sergio nos dice que en estos 50 años, le ha dado todo  al igual que ellos le han dado todo “Le dediqué la vida y haciendo lo que me gustaba, mejor dicho, haciendo lo que me gusta”

Pintar, soldar, crear son parte de las tareas  que se realizan a diario, por lo que el trabajo se vuelve interesante y nada monótono “Parecía que la bicicleta estaba muerta cuando empezamos, después apareció la Mini, después llegó la Balón y al tiempo volvió la de carrera. Ese fue el boom” En ese momento, se vendían 70 u 80 bicicletas por mes, alcanzando ganancias, en 1 año como si hubiese trabajado 6 en el Banco. Pero así también hubo años malos donde  se la pasó mal.

Sus hijos estudiaron y se recibieron gracias a la bicicletería, pero nunca trabajaron ahí “Ellos tienen que abrirse camino solos, si llegasen a tener que venir a trabajar acá, las puertas van a estar abiertas, pero creo que deben hacerse de sus propias experiencias”

En la actualidad, muchas de los productos que se fueron anexando al negocio, son de total desconocimiento para Sergio, ya que la parte comercial la maneja su esposa, mientras que él se enfoca en el taller.

Sobre el futuro, comenta que están un poco cansados, que evalúan la posibilidad de vender alquilar o buscar la forma de tomarse un tiempo de descanso pero con la realidad del país no saben qué hacer ni cómo hacerlo “Necesitaríamos un descansito. Si uno saca la cuenta, con 50 años de negocio y que pateamos, algunos años más”

Respecto del reconocimiento a los 50 años de vida del negocio por parte del HCM, señala que fue toda una sorpresa pero un momento muy halagador “Me gustó muchísimo, el reconocimiento fue muy bueno”