NACIDO DE UNA CHARLA ENTRE AMIGOS, GABRIEL, JUAN PABLO, FRANCISCO  Y OTROS AMIGOS, VISITARON EL CERRO COMO UN DESAFIO PERSONAL Y COMO UNA AVENTURA ENTRE AMIGOS.

La amistad se forja con experiencias diarias que generan recuerdos que se atesoran para toda la vida, tal fue el caso de un grupo de amigos que, decidieron visitar el Cerro en un día normal de entrenamiento “La  propuesta nació de un amigo, en una conversación mientras entrenábamos. No sabíamos bien de qué se trataba, pero invitamos a otros amigos con los que siempre compartimos cosas y la terminamos pasando muy bien”

El Cerro Champaqui, se encuentra en la Provincia de Córdoba y se caracteriza por tener caminos montañosos, con muchas piedras. Siempre  está en elevación “Cuando llegamos a la base del cerro con encontramos con que había nevado durante la semana y el camino se hizo mucho más difícil. Los guías dudaban  de seguir” En ese  momento era indispensable que no lloviera porque a travesía se vería interrumpida.

Francisco comenta que en un principio dudó sobre  si sumarse o no al recorrido debido a que su entrenamiento se basa en bicicleta  o gimnasio “El grupo que tenemos nos fue comiendo la cabeza y dijimos sí, lo vamos a hacer y empezamos a entrenar para eso” De inmediato la rutina de entrenamiento cambió arrancando por la dieta, abandonando el gimnasio y reforzando el ejercicio de caminar y correr “En la Ruta 17, como no tenemos para entrenar en elevación, iba por la banquina hasta los pinos subiendo y bajando  para entrenar más duro las piernas durante 3 meses”

La diferencia entre la expectativa y la realidad, fue muy marcada “No esperaba que sea tan duro y menos haciéndolo en un día como en el que lo hicimos. La nieve lo hizo todavía más duro, más difícil” En ese contexto debieron trabajar mucho en sus piernas, ya que en ciertas partes del trayecto se enterraban hasta las rodillas, tanto subiendo como bajando. En el camino de vuelta, varias veces se cayeron  y se lastimaron, pero con la ayuda de los guías pudieron sortear los obstáculos “Yo que soy medio acelerado, la canchereaba y me pegué dos golpes lindos”

Por su parte, Juan Pablo dice que se enganchó muy rápido con la idea y lo tomó como un desafío personal “Los chicos que habían ido, nos decían que no íbamos a terminar en el día y eso fue lo que nos dio más incertidumbre” A pesar de eso, emprendieron el camino con la confianza de saber que se habían preparado para la travesía de forma muy eficiente.

Para destacar  señalan que, el grupo de guías con el  que contaron fue de ayuda, desde lo físico y lo psicológico “Cuando llegamos a la cima, se nos cayeron unas lágrimas a los 5 porque fue muy duro”

Más allá de la dificultad del ascenso, todavía tenían que bajar con un cuerpo cansado, golpeado y con la noche sobre sus espaldas “Había mucho deshielo y teníamos miedo de patinarnos, caernos o que nos pase algo feo”

A modo de experiencia personal, nos comentan que la mayoría de las personas que ´pretenden subir, lo hacen como pasatiempo y se toman 2 o 3 días, pero que es necesario entrenar en cualquier circunstancia y la elección de los guías, es fundamental “Fue una experiencia hermosa que me la llevo para toda la vida”

Sobre el lugar, cabe destacar que hay refugios muy lindos, con comodidades pero que deben ser coordinadas tanto las paradas para comer, como las que son para descansar “Hay muchos grupos que suben con mulas que cargan el equipaje” La vista también se destaca, el paisaje es hermoso.

En el tramo final del ascenso, donde la mente y el cuerpo están cansados, es un punto de quiebre en el que , por un momento flaquearon pero gracias al apoyo y apuntamiento del grupo, pudieron llegar “Para eso fuimos en grupo, para eso somos amigos”

Con una hora de caminata en la nieve, debieron frenar el recorrido, debido al clima “Se podía largar a llover, la nube tapaba el cerro, pero Dios nos iluminó y en 10 minutos se despejó. Abrió un sol hermoso” En ese momento, los guías les pidieron que se abriguen por el frío, que guarden los celulares y apareció la duda sobre qué hacer “Uno de los guías dudaba de seguir por las condiciones climáticas, pero seguimos  por nuestra insistencia. El objetivo nuestro era subir y bajar en el mismo día”

El lema que los empujaba fue “Vamos y volvemos todos juntos” y si bien a algunos les costó más que a otros, fue el mismo grupo el que los empujó a seguir y cumplir con la meta “Si había uno que flaqueaba, parábamos  y después seguíamos todos juntos”

A futuro, algunos integrantes del grupo ya tienen planes de volver a subir y re vivir la experiencia y con este mismo grupo, buscar nuevos destinos “Venimos todos enloquecidos con volverlo a hacer” A modo de curiosidad, le preguntaron a los guías si era habitual que el trayecto se hiciera en un día, a lo que respondieron que estaban locos solo por intentar hacerlo en tan poco tiempo “El guía más experimentado nos dijo que hace 10 o 12 años lo hizo un grupo, pero  que lo común es hacerlo al menos en 2 días”

 El camino se inició a las 5 de la mañana y terminó a las 23 hs, al llegar al pie del cerro, uno de los integrantes del grupo, que no subió, los estaba esperando con un cabrito y ahí fue donde coronaron la travesía “Nos juntamos todos los viernes a comer y ahora tenemos otra anécdota y más historias para reírnos”

Los otros dos integrantes del grupo son Adrián Daviccino y Fabio Galiano “El que tuvo la iniciativa fue  Fabio, quien lo había intentado con su mujer, lo agarró una pedrada y tuvo que volver. Se había quedado con la espina y por eso nos empujó a hacerlo”

Para cerrar, recomendaron que quien pueda hacer el recorrido, lo haga. No en un día, pero que lo hagan.  Por otro lado, agradecieron a su familia por el apoyo en este tipo de locuras.