EN MEDIO DE UN DESCANSO, LA CERESINA VOLVIÓ A NUESTRA CIUDAD Y NOS CONTÓ SOBRE SU EXPERIENCIA DEPORTIVA EN NORTE AMÉRICA, DONDE SE ESTÁ GANANDO EXPERIENCIA EN EL BÁSQUET.

Ianara está, actualmente viviendo en Marshalltown, Iowa, una ciudad pequeña, donde está estudiando liberar arts, ya que su interés a futuro es estudiar la carrera de diseño gráfico. En esa misma ciudad, es donde juega y sobre eso nos cuenta que se siente muy orgullosa de lo que han logado como equipo, ya que hacía muchos años que no ganaba tantos partidos “Súper orgullosa de lo que se logró con el equipo y, personalmente, me fue mejor de lo que esperaba, terminé siendo goleadora del equipo y siento que crecí, que me vino muy bien, asique todo positivo para mi”

Cuando llegó a EEUU, la adaptación llevó un tiempo, al principio costó caer en sobre la nueva realidad. Ya pasadas las primeras semanas, todo se comenzó a volver más normal al empezar a incorporar el inglés “Me costó un poco empezar a hablar, pero aprendí un montón, me vino súper bien. La vida es muy diferente deportivamente y en el estudio” Hay que tener en cuenta, que Morbdoni no manejaba nada del idioma, a modo de anécdota, relata que su coach la fue a buscar al aeropuerto y  realizaron un viaje de una hora hablándose con señas. “Por suerte tengo amigos que hablan inglés y español, asique ahora puedo tener una conversación de la vida cotidiana; en el tema básquet me sé defender, entiendo los conceptos muy bien…Sé que la vuelta va a ser más fácil para mí, y la idea mía es que la próxima vez que vuelva acá, pueda decir que se hablar inglés completamente”

Ya en su primera semana allá, Ianara comenta que sus entrenamientos arrancaban 4:30 de la madrugada porque a las 7 ya tenían clases “Una vez que agarras el ritmo, te gusta y querés seguir en eso, querés aprender más sobre cómo es la cultura allá”

Con respecto a la adaptación al equipo, ella aclara que 3 de sus compañeras son españolas, lo cual hizo las cosas más fáciles, la parte difícil es ganarse su propio lugar en el equipo, que son cosas que tardan un poco más, pero que con el tiempo se vuelven naturales “Yo, dentro de la cancha pude demostrar lo que podía hacer y lo que podía generar para ellas, y al fin y al cabo me gané su confianza, me costó pero lo logré”

Uno de los temas más complejos, es el de la comida, ya que allá se estila mucho la comida chatarra “Cuando íbamos al comedor ya teníamos la comida servida, y muy pocas veces era comida saludable. Muchas veces había hamburguesas y panchos, pero para ellos es normal, los deportistas están acostumbrados. Los deportistas están acostumbrados… Quizás cambian la dieta a otro nivel” Por su parte, intentó seguir con su dieta normal e incorporar mucha fruta para sentirse más saludable.

Su tiempo libre, no era  para cuestiones recreativas: mucho de su tiempo lo empleaba en estudiar o  descansar, en plena temporada jugaban 3 o 4 partidos por semana, pero como experiencia Ianara dice que le sirvió mucho para organizarse.

Sobre la ciudad, en comparación con la nuestra, se podría decir que es, incluso, más pequeña, con la gran diferencia que tiene una universidad y por lo tanto, más movimiento de gente y en consecuencia, cuenta con bares, comedores y locales de comida rápida “A una hora de distancia tenemos a Des Moines que es la ciudad más importante de Iowa, y varias veces pude ir”

Desde lo deportivo, comenta que se entrena todos los días, independientemente de si el día previo habían tenido partido “No era sólo ir a tirar al aro, era ir a entrenar con todo. Si el día anterior habíamos tenido una defensa horrible, nos mataban en defensa, si nos teníamos que quedar más tiempo, nos quedábamos. Yo creo que eso  fue lo que nos hizo ir creciendo de  a poco, porque mi equipo empezó bastante mal, pero a lo largo de la temporada pudimos ir ganando más paridos, le pudimos hacer frente a equipos difíciles… Después la rutina te obligaba a ir al gimnasio, tu cuerpo lo necesitaba.”

Una característica del incentivo a este nivel deportivo, es que se premia o se destaca, a los deportistas que son buenos estudiantes: además del diploma de reconocimiento, se los dividen en 1er, 2do y 3er equipo “Yo estuve en el 1er equipo de primer semestre, que fue mi semestre más duro… Es decir, allá vos tenés que estudiar y ser buen deportista, pero primero tenés que estudiar. Todavía no están las notas del segundo semestre, pero me fue muy bien. Aprendí un montón y deportivamente, crecí un montón. En Argentina sentía que estaba limitada y que mi juego pasaba por el tiro y ahora mi penetración cambió un montón” Para dar más detalles, dice que el juego no están rustico como acá y que ellos buscan el perfeccionamiento todo el tiempo.

Sobre los días de partido, Ianara dice que siempre estaban las obligaciones del estudio, que sólo podían faltar si les coincidía con el horario de viajar, y en esos casos se les justificaba la falta, sino no tienen excusas. “Siempre jugábamos a la tarde, asique a la mañana teníamos una hora de lanzamientos y prácticas de jugadas, comíamos y a jugar” En relación a las distancias, había lugares a 45 minutos y otras veces viajaron 6 horas para llegar a un partido, ya no sólo juegan los partidos de liga, sino que se mezclan con algunos amistosos y esos son los que hacen recorrer más distancias “A veces te cansaba viajar, pero mientas viajabas veías cosas nuevas que te llamaban la atención. Para mí, todo estuvo muy lindo”

Con la tecnología, las distancias se acortan y así fue como vieron en familia, los Morbidoni esta nueva experiencia: cada uno con sus obligaciones, pero en contacto constante a través de llamadas y mensajes “A lo mejor no era todos los días, porque si estás más o menos y llamás todos los días, capaz que terminas extrañando más, pero creo que fue algo que fuimos manejando todos” Su momento más duro, fue el pasar las fiestas alejada de todos sus seres queridos y a miles de kilómetros de distancia, aunque en ese mismo momento ella estaba en conferencia, por lo que no hubo tiempo de estar mal ya que se entrenaba y se jugaba constantemente.

Ianara, estuvo 9 meses sin volver a la Argentina, y a fines de julio o principios de agosto, estaría retornando a Norteamérica. En esa época arranca la pre temporada del básquet y en septiembre, la época de clases, pero al ser de exterior, debe ir unos días antes para prepararse, sobre todo ahora que comenzará en otro colegio y en otra ciudad “El clima es muy marcado, en invierno llegamos a los -30° y en verano hace mucho calor,  no sé cómo será el clima en Missouri que es donde está mi nuevo colegio”