Hace 6 años, Shirley Tulian, padeció de Cáncer, lo que la llevó a interiorizarse en el mundo de la psico-oncología. Ella se especializa en el Psicoanálisis, pero tras su vivencia personal, decidió indagar más en el aspecto psico- analítico pero más específicamente desde el abordaje del paciente con cáncer, que tuvo o tiene cáncer, y su grupo familiar, que es justamente, el área fuerte de la psico- oncología.

En la actualidad, cuando se debe dar un diagnostico oncológico a un paciente, quienes están presentes, suelen ser, el oncólogo, el Psico Oncólogo o el Psicólogo especializado. En el caso de que no estén compartiendo la consulta, la indicación inmediata es la interconsulta con el Psico oncólogo ya que este es un momento de trauma, de inicios,  de shock, donde se requiere salir de esta situación para poder pensar en el tratamiento y salir del miedo; a veces pasa que el trauma se da cuando comienza específicamente el tratamiento, “Es muy importante la parte emocional tanto en el diagnostico como en el proceso de tratamiento, porque esta es una enfermedad sumamente compleja desde lo físico, desde los cambios del entorno y de lo que le pasa a la persona desde lo emocional de sus propios cambios…Es muy difícil sobrellevarla sin un abordaje emocional durante o después del tratamiento, porque a veces no es necesario dentro del tratamiento, pero después sobreviene la etapa  del duelo, no solo de las consecuencias de la enfermedad sino de los cambios”

Hablando de la enfermedad propiamente dicha, la Profesional, sostiene que esta patología aún tiene un estigma bastante complejo y que socialmente tiene muchos mitos y creencias; muchas de las cuales generan un sentimiento de culpa en el paciente que son cuestiones que deben ser trabajadas, ya que obstaculizan la forma en que  se debe afrontar el tratamiento.

En estos casos, los profesionales, intentan que el paciente siga con una vida lo más normal posible, pero dependiendo del tipo de cáncer, inevitablemente la rutina se altera: ya sea por la fuerza de la quimioterapia, por los rayos a veces invalidan en algún aspecto funcional, muchas  veces la gente se tiene que trasladar de su ciudad, por lo que la vida cambia  “Uno no tiene herramientas, porque como toda situación tan crítica no sabemos de qué se trata, sino hasta que aparece… esta es una vivencia que va requiriendo que uno vaya armando y construyendo  nuevos recursos, que en eso uno trata de ayudar en la terapia de un paciente oncológico. Además de colaborar en el entendimiento de las limitaciones, y de por qué el cuerpo  cambia tanto, por qué antes podía hacer ciertas cosas y ahora no, que hay cosas duraderas y otras momentáneas. Es muy difícil comprender y procesar todo esto, tanto para el paciente como para la familia”

Al momento de recibir el diagnóstico, nos dice, que las reacciones son múltiples y variadas: aparece la negación con la idea de que no pasa nada, de que todo va a estar bien; en un gran porcentaje se refleja la tristeza y la idea de la muerte. Pero siempre depende de cada paciente.

Para quienes pueden superar el tratamiento, queda  el cambio del cuerpo, ya que la medicación  que se sigue dando, tiene efectos en el cuerpo. Y comienza el duelo que implica todas las emociones que se dieron  y que quizás fueron descartadas por centrar el pensamiento en el tratamiento; “Es una enfermedad tan compleja e importante que no se vuelve a ser el mismo. Como toda situación límite, te cambia. la perspectiva de vida, los vínculos se ponen a prueba y la sexualidad también tiene un cambio importante”